La ascética es la ciencia de la teología que tiene por objeto la práctica de la perfección cristiana con la ayuda de la gracia.
Entre las numerosas obras literarias de ascética que desarrollan todas las enseñanzas fundamentales del Nuevo Testamento, encontramos por ejemplo la Imitación de Jesucristo, las obras de Santa Teresa de Avila como el Camino de la perfección, los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, etc.
El ascetismo cristiano es la práctica de la abnegación evangélica para aspirar con más seguridad a la perfección, además de ser la práctica de ciertas austeridades, cualquiera que sea la meta inmediata, religioso o moral.
La abnegación evangélica tiene su razón de ser en la necesidad de una lucha incesante, defensiva y ofensiva, contra la triple concupiscencia de la que habla San Juan, es decir la concupiscencia de la carne, la de los ojos y la soberbia de la vida, y consiste en seguir los ejemplos de Jesucristo cuya vida entera es un ejemplo de sacrificios perpetuos.
El cristiano debe probar de seguir e imitar a Jesucristo, ya que vivir cristianamente es imitarlo en todo.
Si el hombre hubiese permanecido en el estado que tenía antes del pecado original, todos sus sentidos hubieran estado sometidos perfectamente a su razón, pero nuestra vida está sometida a una lucha incesante contra nuestras inclinaciones.
La prudencia cristiana debe intervenir siempre para regular todas nuestras mortificaciones, ya que éstas no deben absolutamente en ningún caso perjudicar nuestra salud.
Es justamente este uno de los principales reproches contra el ascetismo cristiano, ya que el hombre no debe traspasar sus derechos infligiéndose sufrimientos voluntarios.
El ascetismo se presenta en tres formas distintas según que privaciones o austeridades se practiquen:
- El ascetismo practicado en el mundo, sea en la vida corriente o sea en el estado de virginidad abrazado voluntariamente por amor a Dios
- El ascetismo de la vida anacoreta practicado en la soledad fuera de toda relación habitual con el mundo
- El ascetismo de la vida monástica practicado en una comunidad religiosa completamente separada del mundo
La ascética católica exige de una manera absoluta que las mortificaciones sean reguladas de acuerdo con el espíritu de la Iglesia y a criterio de la prudencia cristiana, de manera que no queden comprometidos los deberes de estado y no se atente gravemente contra la salud corporal.