El nombre de San Cristóbal significa "el que lleva a Cristo".
Su leyenda cuenta lo siguiente:
Estaba Cristóbal al servicio del príncipe más poderoso del mundo, y como éste se santiguaba cada vez que se hablaba del demonio, Cristóbal le preguntó por qué lo hacía. El príncipe respondió que temía que el diablo se apoderase de él. Entonces Cristóbal le respondió: "Si el diablo tiene más poder que nadie yo le serviré".
Entonces decidió irse al desierto y allí finalmente encontró al demonio. Pero, al pasar junto a una cruz, el diablo huyó asustado. Cristóbal entonces se dio cuenta de que Cristo era más fuerte que él, y finalmente partió en busca de Jesús.
Un ermitaño le dijo que el Maestro que Cristóbal buscaba quería en realidad que se instalase cerca de un río y que ayudase a los viajeros para que pudieran cruzarlo.
Él así lo hizo. Uno de los primeros viajeros fue un niño a quien puso sobre sus hombros, pero, a pesar de ser tan pequeño, le pesaba como si llevase sobre si el peso de todo el mundo. Y el niño le dijo: "No te extrañes, pues el que descansa ahora en tus hombros es Aquel que hizo el mundo".
Y, para dar fe de estas palabras, le pidió que plantase un bastón en la tierra. Así lo hizo Cristóbal, y, al día siguiente, el bastón se había convertido en una palmera cargada de frutos.
San Cristóbal murió mártir alrededor del año 250 en Asia Menor. Un rey que era ciego le condenó a que le decapitaran. Pero al advertir su ceguera, Cristóbal le dijo: "Cuando yo haya muerto, aplica un poco de mi sangre a tus ojos, y recobrarás la vista".
En efecto, así lo hizo el rey y recobró la vista. Inmediatamente se convirtió a la verdadera fe.
Se le invoca contra las tempestades y accidentes de viaje. Además es el patrón de los automovilistas.
La festividad de San Cristóbal es el 25 de julio