El término escapulario proviene del latín scapula que significa hombro.
El término se utiliza tanto para para la pieza de vestimenta monacal que utilizan algunas congregaciones religiosas católicas (como la de los dominicos, las carmelitas, los trinitarios, etcétera) como para la pieza de devoción que proviene del escapulario monacal, como por ejemplo el de la Virgen del Carmen.
El escapulario es una larga pieza de tela que, pasando por los hombros, desciende por la espalda y por el pecho.
En su origen fue una prenda de vestir que llevaban los benedictinos para el trabajo. Ellos llevaban el escapulario sobre el hábito a fin de protegerlo.
Pero con el tiempo se convirtió en el distintivo del monje trabajador. En la ceremonia de la imposición, se le comparaba a la Cruz de Jesucristo, al yugo del Señor, a una armadura y a un escudo.
Los trocitos de tela bendita adornados con imágenes piadosas sujetos con cintas que usan los fieles piadosos, son sus diminutivos o reducciones.
Los escapularios más conocidos son los de la Virgen del Carmen, es decir el de Nuestra Señora del Monte Carmelo, que es el hábito de la orden Carmelita (color pardo y negro), el de la Virgen de la Inmaculada Concepción (azul), el de la Virgen de la Merced (blanco), el de la Trinidad (blanco), el de la Virgen Dolorosa (negro) y el de la Pasión (encarnado).
Aquellos fieles católicos que usan con respeto, amor y devoción tales escapularios logran las correspondientes indulgencias. Por ejemplo, el de la Virgen del Carmen tiene vinculados ciertos privilegios, como ser la buena muerte y una pronta liberación del purgatorio, según la promesa que le hizo la santísima Virgen a San Simón Stock en una aparición.
Los escapularios indulgenciados aprobados por la Iglesia son dieciocho