DISTINTOS TIPOS DE EXTASIS VIVIDOS POR ALGUNOS SANTOS
Varios santos han tenido momentos de éxtasis y también diferentes fueron las reacciones, los signos exteriores y los sentimientos.
Santa Angela de Foligno explicaba ese momento diciendo que cuando el alma empieza a sentir el fuego divino, se eleva de su fondo un clamor y un rumor.
Santa Magdalena de Pazzis tenía una tez generalmente pálida, pero cuando tenía su momento de éxtasis su tez se transformaba con una belleza angélica.
A veces, como en Santa Genoveva, las manos aparecen iluminadas.
Cuando el bienaventurado Ambrosio de Siena predicaba, una claridad celestial venía a posarse sobre su cabeza y lo iluminaba hasta el fin del discurso.
Santa Teresa decía que su cuerpo parecía ser más ligero, hasta el punto de no sentir ningún peso.
San Wenceslao, Duque de Bohemia, visitando por la noche las iglesias, bajo la nieve, decía a su secretario que siguiera sus huellas, y esto ya era suficiente para darle calor.
Hay casos de aumento de gravedad: Santa Margarita del Santísimo Sacramento, en sus éxtasis de la Pasión, no podía ser levantada del suelo cuando, a ejemplo del Salvador en el camino al Calvario, caía por tres veces.
A veces, el sujeto está presente a la vez en varios lugares.
En el proceso de beatificación de la Madre Inés de Jesús, el cura de Langeac escribió que cuando la Madre Inés se apareció al Señor Olier, de París, su cuerpo permaneció inmóvil en el lugar del monasterio donde ella se encontraba.
Otro fenómeno frecuente tiene que ver con los estigmatizados.
Gran número de beneficiados por el éxtasis divino han llevado sobre su cuerpo señales pasajeras o duraderas, de los instrumentos de la Pasión.
San Francisco de Asís es uno de los ejemplos más célebres.
Santa Teresa explicaba que estando en oración veía a Jesús cerca de ella, o mejor dicho sentía, ya que no veía ni con los ojos del cuerpo ni con los del alma.
Y como la visión era sin imagen, no veía qué forma tenía, pero siempre lo sentía perfectamente a su lado derecho.