El Cordero de Dios y
el Cordero Pascual
como figura de Jesús
El cordero es, en efecto, la figura de Cristo, a quien se lo llama con frecuencia Cordero de Dios y/o Cordero Pascual, donde estos dos nombres se completan mutuamente.
La expresión Cordero de Dios se encuentra en toda la liturgia, así como frecuentes alusiones al Cordero Pascual.
- REFERENCIAS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO:
Cuando los israelitas estaban en Egipto, Dios les mandó inmolar un cordero macho, sin defecto y de un año.
Los israelitas oprimidos señalaron con su sangre las puertas de sus casas para protegerse contra la décima plaga que debía causar la muerte a todos los primogénitos.
La carne se podía asar y comer, pero los huesos debían dejarse intactos.
Salta a la vista que tal sacrificio no era más que una predicción de lo que sería el sacrificio de Cristo.
Lo podemos encontrar en Éxodo 12, 3
"Digan a toda la comunidad de Israel: El diez de este mes, consíganse cada uno un animal del ganado menor, uno para cada familia.
Si la familia es demasiado reducida para consumir un animal entero, se unirá con la del vecino que viva más cerca de su casa. En la elección del animal tengan en cuenta, además del número de comensales, lo que cada uno come habitualmente.
Elijan un animal sin ningún defecto, macho y de un año; podrá ser cordero o cabrito.
Deberán guardarlo hasta el catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, lo inmolará toda la asamblea de la comunidad de Israel.
Después tomarán un poco de su sangre, y marcarán con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman."
San Juan Bautista al llamar a Cristo "Cordero de Dios", preveía sus sufrimientos y su muerte.
Además Jesús es verdadera y exactamente el Cordero de Dios.
Y en esta expresión está comprendido el significado del Hijo de Dios.
Podemos encontrarlo en el Evangelio según San Juan 1, 29-34
"Al día siguiente, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacia él, y exclamó: "Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo.
Este es aquel de quien yo he dicho: 'El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo'. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea dado a conocer a Israel"
Se utiliza como figura de Cristo al Cordero ya que el pueblo judío a este animal lo sacrificaba y lo consumía en la conmemoración Pascual, tal como Jesucristo fue también víctima sacrificada por los pecados del hombre, en la misma semana de Pascua.
También podemos encontrar con frecuencia la imagen del cordero como ornamento simbólico, al principio con las insignias de Buen Pastor, después, en el siglo V, con el nimbo, en los mosaicos de San Juan de Letrán y de Santa Pudenciana.
Más adelante aparece el símbolo del Hombre-Dios con el cordero que lleva una simple cruz.
Finalmente a partir del siglo VI, vemos al Cordero glorioso que lleva un estandarte.
Por lo tanto, la figura del Cordero aparece en buen número de monumentos y objetos religiosos.