SANTA CLARA DE ASÍS: EJEMPLO DE ENTREGA Y POBREZA EN LA FE
Santa Clara de Asís fue una figura destacada en la historia del catolicismo, fue una mujer valiente y decidida que siguió su llamado a consagrarse a Dios a pesar de la oposición de su familia.
Su vida de pobreza y servicio a los demás es un ejemplo inspirador para todos nosotros. Sigamos su ejemplo, buscando a Dios y estando dispuestos a renunciar a todo por Él, para encontrar la verdadera felicidad en el amor y la dedicación a Dios y al prójimo.
UN ENCUENTRO CON SAN FRANCISCO
Nacida en Asís en 1194, Clara fue una adolescente cuando se vio profundamente conmovida por la renuncia de San Francisco, quien abandonó su riqueza para vivir en pobreza y dedicarse a Dios.
Desde ese momento, Clara anheló seguir los pasos de San Francisco y consagrarse a Dios, pero se encontró con la oposición de su padre, quien deseaba casarla con un noble. Sin embargo, el llamado de Dios era más fuerte y Clara decidió escapar de su hogar para unirse a San Francisco y perseguir su vocación religiosa.
En el año 1212, Clara se escapó de su casa en secreto y se dirigió al valle donde vivía San Francisco con algunos de sus compañeros. Cuando San Francisco la vio llegar, comprendió que se enfrentarían a problemas con la poderosa familia de Clara, pero eso no le importó. En lugar de eso, le preguntó: " ¿Qué buscas? " y ella respondió: " A Dios ".
En ese momento, San Francisco le cortó el pelo, un gesto simbólico de consagración a Dios. Cuando el padre y el hermano de Clara vinieron a buscarla, no pudieron llevársela. A partir de ese momento, Clara se convirtió en discípula de San Francisco y se dedicó por completo a su vida de fe.
REFUGIO EN EL CONVENTO
Para protegerse de la influencia de su familia, Clara buscó refugio en varios conventos de monjas durante un tiempo. Sin embargo, la situación empeoró cuando su hermana Inés también decidió unirse a ella en su deseo de consagrarse a Dios. Finalmente, lograron convencer a su padre de que les permitiera vivir su vocación religiosa en libertad.
Clara y su hermana se instalaron en la antigua ermita de San Damián, donde Clara vivió durante 44 años hasta su muerte en 1253. Durante este tiempo, Clara escribió una Regla para sus monjas, al igual que San Francisco había hecho para los religiosos franciscanos. Su orden atrajo a mujeres de toda Europa que deseaban consagrarse a Dios y vivir en pobreza.
A diferencia de los religiosos franciscanos, las monjas de la orden fundada por Santa Clara no experimentaron divisiones ni enfrentamientos. Vivieron con un gran amor a Dios y a la pobreza, atendiendo a los enfermos que llegaban a su monasterio. Santa Clara fue considerada la mejor y más fiel discípula de San Francisco, y su legado como líder religiosa ha perdurado a lo largo de los siglos.
BUSCANDO A DIOS Y RENUNCIANDO A TODO
El ejemplo de Santa Clara nos enseña la importancia de buscar a Dios y estar dispuestos a renunciar a todo por Él, incluso a la familia o a los planes profesionales.
Clara tuvo que enfrentarse a la oposición de su familia y renunciar a una vida de privilegios para seguir su vocación religiosa. Sin embargo, encontró la verdadera felicidad en su dedicación a Dios y a la pobreza, demostrando que la felicidad no se encuentra en las posesiones materiales, sino en el amor a Dios y al prójimo.
