La apologética es la parte de la teología que comprende la defensa y demostración racional de los fundamentos del cristianismo.
También se la puede definir como el arte de defender la religión cristiana contra sus adversarios ya que es en realidad es una ciencia que supone un conocimiento profundo del cristianismo que permite la construcción de un sistema con razones concatenadas, sujeto a principios y regido por una serie de leyes.
A primera vista pareciera que la apologética perteneciera en realidad al ámbito de la filosofía ya que el material necesario para su existencia se encuentra en la naturaleza, la historia y la razón, pero muy por el contrario, la teología recibe sus principios de la Revelación, la cual supone la fe ya que expone y desarrolla sus enseñanzas.
La apologética entonces trata de hacer posible la fe y demostrarla razonable y obligatoria proponiéndose principalmente convencer a los incrédulos.
Las cuestiones que trata la apologética se pueden agrupar en tres grupos: la Revelación, la Iglesia y las fuentes teológicas, manteniendo a su vez estas tres posiciones: un hombre razonable debe ser creyente, un creyente lógico debe ser católico, y un católico debe recibir a través del ministerio de la Iglesia las reglas de su fe y de su conducta.
El centro de la apologética es poder dar una respuesta científica al cuestionamiento de por qué una persona debería ser católica.
Pero la dificultad radica en que esta pregunta da origen a otras dos, que serían por qué una persona debería ser cristiana pero no seguidora de cualquier otra religión, y por qué una persona debería profesar alguna religión.
Para poder dar una respuesta a estas difíciles preguntas, la apologética se divide en tres ramas:
- La apologética que estudia la religión en general, es decir teísta.
- La apologética que estudia la religión revelada, es decir cristiana.
- La apologética que estudia la verdadera Iglesia de Cristo, es decir la religión católica
El apologeta debe asentar los principios que le permitan poner en relación la revelación cristiana con el sujeto que debe recibirla, es decir el alma, y debe demostrar el cristianismo.