REFLEXIONES SOBRE LA SINODALIDAD, EL PAPEL DEL SACERDOTE EN LA IGLESIA Y LA MISA TRADICIONAL
Comentario del Padre S. Martín FM (Franciscanos de María) sobre la actualidad de la Iglesia durante esta semana.
Hace muchos años, yo era aún seminarista, escuché a un sacerdote una expresión que entonces no entendí del todo, pero que luego he comprobado que estaba cargada de razón. "Cuando vuelva Nuestro Señor al final de los tiempos -decía aquel cura-no nos va a encontrar unidos, pero seguro que nos va a encontrar reunidos". No creo que ningún laico se haga a la idea de la cantidad de reuniones a que tiene que asistir un sacerdote, muchas de las cuales son pesadísimas, agotadoras e inútiles. No sólo te ocupan el tiempo que deberías dedicar a la oración, a la formación y a la evangelización, sino que te dejan un poso de cansancio que te lleva a preguntarte si es para eso que te has hecho cura: para ir de reunión en reunión. Muchos laicos saben lo que son las reuniones de las comunidades de vecinos, pues eso hay que multiplicarlo por 10 y no sólo una vez al mes, sino casi cada día.
He recordado las palabras de aquel buen cura cuando he leído esta semana el programa de implantación sinodal de la sinodalidad. Quizá estoy equivocado, pero la primera impresión que he tenido es que va a suponer reuniones, tiempo y, también, dinero, porque todo eso cuesta. Es decir, burocracia. ¿Y todo para qué? Porque si es para lograr que en la Iglesia haya más diálogo y se escuche a todos, todos, todos, el objetivo me parece muy bien, pero estoy seguro de que esa meta se puede alcanzar de una manera más sencilla; eso, sin tener en cuenta, que en las mayorías de las parroquias del mundo están funcionando ya los consejos pastorales y los consejos económicos, donde la escucha es eficaz y productiva.
¿REUNIDOS PERO NO UNIDOS?
Pero si de lo que se trata es de utilizar esos agotadores procesos de escucha para modificar la moral católica y para que la Iglesia pase de ser un hogar donde se acoge a todos a una especie de jaula de grillos donde se acoge a todo, entonces tampoco hacen falta tantas reuniones, basta con que lo digan de una vez y acabamos antes. Desde ahora, deberían decir, el cura será un empleado parroquial, a las órdenes de uno o varios laicos -sobre todo laicas- que serán los mandamases reales de las parroquias.
Desde ahora, deberían añadir, en nombre de la acogida a todos, todas y todes, las mujeres podrán acceder al sacerdocio, al episcopado y al papado. Desde ahora, y pueden rematar con ello, se podrá comulgar sin tener en cuenta si se está en gracia de Dios o si, subjetivamente, cada uno piensa que lo suyo no está mal y que el Dios misericordioso le permite hacer lo que le pide el cuerpo. Si ese es el objetivo, que lo digan de una vez y nos ahorramos el número infinito de reuniones que nos esperan, porque a algunos les da la impresión de que eso de escuchar al pueblo de Dios en una asamblea mundial convocada ya para el 2028 es una especie de Concilio Vaticano III, donde los obispos serán una minoría y todos podrán votar, con el fin de aprobar todo lo que he dicho antes.
LA SINODALIDAD Y SUS DESAFÍOS PARA EL CLERO
En el documento publicado por la Secretaría del Sínodo se dice que hay que intentar integrar en el proceso sinodal a los que se han sentido distantes hasta ahora con el camino que ya se ha recorrido. Espero que se me permita expresar mi crítica a tanta reunión agotadora sin que me manden a un gulag en Siberia, pero es que alguien tiene que atreverse a decir que ya está bien y que hay que pensar en los curas. Guareschi, el autor de aquellos libros geniales donde el cura Don Camilo pegaba y recibía bastonazos del alcalde comunista Peppone -y los dos se querían mucho y no podían pasar el uno sin el otro- escribió que, según su opinión, el Concilio Vaticano II había sido un Concilio en el que los curas habían quedado arrinconados y todo el poder pasaba a manos de los obispos. Ahora parece que todo el poder, o al menos mucho de él, va a pasar a manos de los laicos.
Roto el vínculo entre el munus de gobierno y el sacramento del orden sacerdotal, no sólo el cura se va a convertir en un empleado de las señoras que mandan en las parroquias, sino que les va a pasar lo mismo a los obispos, aunque teóricamente se diga que ellos tendrán la última palabra. ¿La tendrán cuando haya un acoso mediático contra ellos, porque se diga que sus múltiples consejos deliberativos han aprobado una cosa que ellos no han aceptado, como está pasando en Alemania contra los poquísimos obispos que resisten defendiendo la verdadera fe católica?
Hace unos días se ha suicidado en Italia un joven sacerdote, muy estimado por sus feligreses, y contra el que no había acusaciones de ningún tipo. Se han escuchado muchas palabras de pésame y muchas preguntas sobre si los sacerdotes están solos y desbordados, no sólo de trabajo pastoral, sino de burocracia infinita, sin que a sus obispos les importe. Pues bien, la solución parece estar en aumentar esa burocracia y en dejar a los curas más agotados y más solos todavía. Cuando un bien escasea, su precio sube.
En la Iglesia, cuando los curas escasean parece que de lo que se trata no es de cuidarles mejor, sino de relegarles y hacérselo pasar peor. Si la sinodalidad es escucha y acogida, no hay ningún problema con ella y, además, ya se viene haciendo en la mayor parte de los sitios desde hace mucho. Si la sinodalidad es un tortuoso y agotador camino para relegar a los sacerdotes y modificar la moral católica, lo que van a conseguir es ese cisma que el Papa León dice querer evitar y, con él, destruir la Iglesia de Cristo.
Hay que agradecerle al Papa, por cierto, que haya escrito una bellísima carta de felicitación al cardenal Burke en su 50 aniversario sacerdotal. Burke, un hombre que estuvo tan proscrito que en algunas diócesis se prohibió que diera conferencias, ahora es elogiado por el Papa. Dios quiera que esta golondrina anuncie el verano y no sigamos padeciendo el crudo invierno.
¿SE LE QUITAN LAS RESTRICCIONES A LA MISA TRADICIONAL?
La noticia surgió como una filtración de un documento conseguido por la periodista norteamericana Diane Montagna, de la que no se podía estar seguro. Se trataba del informe oficial que recogía las opiniones de los obispos a la consulta hecha por el Vaticano sobre la celebración de la misa tradicional. De ese informe, cuya existencia se conocía pero que nunca se había hecho público, lo único que se sabía era lo que dijo el Papa Francisco: que al Vaticano habían llegado muchas críticas sobre dicha misa y que por eso había que restringirla; como no se publicó el informe, no se podía dudar de que era verdad lo que el Papa decía.
¿Está prohibida la celebración de la Misa en latín? No, la Misa tradicional en latín no está prohibida, pero desde 2021 tiene una serie de restricciones implementadas por el Papa Francisco que, en la práctica, han hecho que sea difícil celebrarla.
Así nació "Traditionis custodes", como un documento que se hacía eco del malestar de la mayoría del Episcopado por la misa tradicional. Ahora lo que se ha sabido es que, en realidad, la mayoría de los obispos encuestados había valorado positivamente la celebración de la misa tradicional y había alertado de que restringirla haría más mal que bien. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, ha reconocido que lo publicado coincide al menos en parte con el informe oficial, aunque ha advertido que la decisión que tomó el Papa Francisco tuvo en cuenta otras aportaciones.
EL GOLPE CONTRA TRADITIONIS CUSTODES
Si lo que se ha publicado sobre el informe oficial es, al menos en parte, verdadero, el golpe contra "Traditionis custodes" es fuerte e incluso puede ser demoledor. Ahora bien, es necesario hacer algunas preguntas. ¿Por qué este informe se conoce ahora? ¿La filtración es casual o procede de alguien interesado en que se conozca lo que de verdad pasó, para justificar el cambio que se va a producir sobre las restricciones a dicha misa? Me parece evidente que, si el Papa estuviera decidido a flexibilizar las restricciones impuestas por "Traditiones custodes", devolviendo, por ejemplo, a los obispos la libertad de permitir la misa tradicional en sus diócesis, ahora, tras la filtración, lo va a tener mucho más fácil. Es posible, por lo tanto, que estemos ante un signo de un cambio que devolvería, al menos en parte, la "pax litúrgica" que implantó Benedicto XVI.
Quizá sea también una casual coincidencia, pero el cardenal Burke, con motivo del cincuenta aniversario de su ordenación sacerdotal, ha dado gracias a Dios públicamente por la elección de León XIV y ha compuesto una oración por él, que ha pedido a los fieles que recen y que ha sido traducida a 13 idiomas. Burke, como es sabido, es el máximo defensor de la misa tradicional. Puede ser que, en esto, como en otras cosas, los cambios lleguen después de verano.
Sobre el Padre Santiago Martín FM
Sacerdote y escritor español, nacido en Madrid en 1954. Estudió Biología, Teología Moral y Periodismo y fue consultor del Pontificio Consejo para la Familia.
Es fundador de los Franciscanos de María, una familia espiritual católica integrada por laicos, religiosas y sacerdotes que está presente en 60 países y fue aprobada por la Santa Sede en 2007. El carisma de esta familia religiosa es el agradecimiento.
Además es autor de más de 31 libros publicados en diversas editoriales.
Sobre la imagen
La foto que ilustra la nota no tiene relación con el texto de este artículo. Todas las semanas en la sección Noticias publicaré una foto diferente de catedrales, iglesias y atrios para poder admirar su belleza
