LAS PRIMERAS ENCÍCLICAS PAPALES MÁS IMPORTANTES
Etimológicamente el significado de la palabra encíclicas es de cartas circulares.
Antiguamente se denominaban como encíclicas a aquellos mensajes que los obispos y los arzobispos destinaban a leerlos públicamente ante los fieles reunidos.
Estas antiguas instrucciones Episcopales son lo que hoy llamamos cartas pastorales.
De todas formas, la palabra encíclica es usada aún en la actualidad, pero ahora se la usa para hacer referencia en forma exclusiva a una clase de cartas apostólicas dirigidas por el Papa a toda la cristiandad.
De la misma forma como sucede con las bulas, las encíclicas llevan por título las primeras palabras del texto.
El Papa trata en cada una de sus encíclicas temas que tienen referencia a toda la Iglesia, como ser la condenación de los errores o amonestaciones contra todos aquellos peligros que amenacen la integridad de la fe.
La primera encíclica Pontificia data del día 3 de diciembre del año 1740 y fue firmada por el Papa Benedicto XIV.
El texto de la misma recordaba a los obispos los deberes de sus cargos.
Entre las primeras encíclicas papales que han tenido una resonancia mundial muy considerable, encontramos por ejemplo la del 16 de mayo del año 1891 firmada por el papa León XIII, denominada Rerum Novarum, la cual definía la posición de la Iglesia ante la cuestión obrera.
Y otra encíclica importante fue la escrita por Pío X en el año 1906 (el 11 de febrero) donde el Papa comunicaba al clero y al pueblo de Francia la separación de la Iglesia y del Estado.
Hasta el día de hoy las encíclicas no son definiciones ex cátedra, es decir, manifestaciones de la autoridad infalible, pues la finalidad de las mismas en la actualidad es mucho más modesta, pues lo que se busca de hacer con ellas es cuidar de la seguridad de la doctrina, imprimiendo una dirección obligatoria en la marcha de las ideas cristianas.