CORPORAL El corporal es una tela que se coloca en el altar para que sobre él descanse el cáliz que contiene el vino ofrecido para el sacrificio y el copón ...
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Santo Domingo de Guzmán nació en el año 1170 y murió en el 1221. Fue el fundador de la Orden de los frailes predicadores, y además, promotor de una gran cruzada de predicación y oraciones contra las herejías de los tártaros y de los albigenses.
Su festividad es el 8 de agosto.
Nació en Castilla la vieja. Su madre, Juana, tuvo una revelación profética cuando lo llevaba aún en su seno: vio salir de sus entrañas a un can llameante, que tenía en la boca una antorcha con la que incendió toda la tierra.
Domingo era decidido en la lucha e iba siempre en busca del adversario; era un verdadero atleta de Cristo, lo cual no impedía que poseyera una sensibilidad delicada y que fuera profundamente caritativo.
Domingo realizó su primera fundación al pie de los Pirineos. Era un convento que estaba destinado a las muchachas y mujeres mayores que habían abjurado de la herejía cátara y deseaban cooperar con la oración y la penitencia al progreso de la verdad.
Durante la batalla de Muret, en el curso de la cual los cruzados hicieron fracasar la intervención del rey de Aragón en favor de Raimundo, Domingo permaneció en oración en su iglesia. El nuevo obispo cisterciense de Toulouse lo llamó a él y a sus compañeros para instalarlos en una casa próxima, convirtiéndose así en el superior de una comunidad de misioneros diocesanos. Este hecho fue el germen de la nueva Orden que el santo empezaba a concebir.
El sucesor de Inocencio III aprobó sus proyectos. El Papa escribió a Domingo diciéndole que los frailes de su orden debían ser campeones de la fe y de la verdadera luz del mundo. De este modo, en enero de 1217, se fundó la Orden de Predicadores. Los frailes, españoles, franceses e ingleses, eran dieciséis en total.
Domingo los envía por toda la cristiandad, sobre todo por los centros intelectuales. Antes de entregarse a la acción, los dominicos habían de ampliar sus conocimientos. Su fin era, ante todo, la predicación, y su campo de acción, las ciudades, entonces muy numerosas y florecientes.
A ejemplo de San Francisco de Asís, a quien Domingo había encontrado en Roma, los dominicos practicaban el renunciamiento y la pobreza. De este modo decidió que sus frailes no poseyeran conventos, iglesias ni ninguna propiedad territorial, sino que fueran mendicantes.
En forma paralela la Orden femenina se convirtió en una orden contemplativa, la cual adquirió gran importancia cuando las religiosas decidieron ponerse bajo la obediencia dominicana.
Luego de recorrer varios países, Domingo regresó finalmente a España y allí fundó el convento de la Santa Cruz.
Domingo sabía que su muerte estaba ya próxima, pues un ángel bellísimo le había revelado que moriría antes de la fiesta de la Asunción de Nuestra Señora. Así fallece el 6 de agosto tras una breve enfermedad.
Fue canonizado por el Papa Gregorio IX en el año 1234.
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