UNCIÓN DE LOS ENFERMOS PARA AQUELLOS QUE NO PUEDEN HABLAR Y PEDIR PERDÓN POR SUS PECADOS
La Extremaunción o unción de los enfermos es el sacramento que se le da a los enfermos para aliviarles el alma y el cuerpo.
El Santo Viático es el sacramento de la Eucaristía administrado a los enfermos en peligro de muerte cuando están a punto de emprender el viaje de la tierra al Cielo.
Pero la Iglesia también puede ayudar a los agonizantes que no pueden manifestar su arrepentimiento o a aquellos que recién han muerto.
La Iglesia no duda en dar el sacramento de la fe a un agonizante privado del uso de la palabra, incapaz de manifestar su arrepentimiento hasta con un parpadeo o con un apretón de manos.
En efecto, en casos parecidos es imposible conferir el sacramento de la penitencia, ya que exige no sólo el dolor de los pecados, sino además la manifestación exterior de este dolor.
Entonces es cuando la Extremaunción alcanza una nueva dimensión: sustituye a la penitencia perdonando los pecados mortales, que la persona agonizante no puede confesar.
Se puede asimismo administrar este sacramento a alguien que acaba de morir, ya que la muerte aparente puede preceder a la muerte real en algunas horas, o sea. dicho de otra manera, porque lo que parece un cadáver puede tener todavía un soplo de vida y en él, gracias a las oraciones de la Iglesia, surgirá la llama que purificará al pecador.
La Iglesia es en efecto una madre que quiere salvar a los hijos que le han sido confiados.
Tal como lo dijo Jesús:
"No son los sanos, sino los enfermos, quienes necesitan un médico.
El Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido".
Cuando un enfermo debe recibir la Extremaunción se recomienda que toda la familia rodee al enfermo en este momento y que una sus oraciones a las del enfermo y a las del sacerdote.