Nuestra Señora de los Desamparados es la Virgen especialmente venerada en la ciudad de Valencia y en toda la región levantina de España.
Su fiesta litúrgica se celebra el segundo domingo de mayo.
El origen de esta advocación y culto se remonta al siglo XV. El día 24 de febrero de 1409, primer domingo de Cuaresma, cuando el religioso mercedario fray Jofré se dirigía a la catedral de Valencia para predicar la homilía de la misa mayor, vio contrariado, que unos jóvenes maltrataban a un pobre loco.
Impresionado por el triste espectáculo, aprovechó el sermón de la catedral para exhortar a los fieles a la asistencia de los enfermos mentales en una institución adecuada.
Así, gracias a la piadosa idea del fray, al que secundó un grupo de caritativos ciudadanos, nació el hospital de Nuestra Señora Santa María de los Inocentes.
Para presidir la capilla del hospital se adaptó una imagen de Nuestra Señora con el nuevo y peculiar atributo iconográfico de dos niños que representan a los Santos Inocentes y que hallan a los pies de la Virgen.
Para asegurar la colaboración a los ideales de caridad que habían motivado la creación del hospital, en 1413 se constituye una cofradía que fue extendiendo su misión benéfica a todas las necesidades morales y materiales que pudiera atender fuera del centro benéfico, incluida la de recoger y enterrar los cadáveres abandonados o desamparados.
La Cofradía, independizada del hospital, consagró la advocación de Nuestra Señora de los Inocentes y Desamparados.
La creciente devoción a la Virgen patronímica dio principio a la veneración pública de su imagen en una pequeña capilla en la parte exterior de la catedral, a la que sustituyó en 1667 la actual basílica, donde tiene su trono la muy venerada imagen de la Virgen de los Desamparados, canónicamente coronada en 1923
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