Santa Elena fue una emperatriz romana y la madre del emperador Constantino. Nació cerca del año 250 en Drépano y murió en Roma en el año 329.
El emperador fue aquel que en el año 325 reunió el Concilio de Nicea durante el pontificado de San Silvestre. Éste concilio fue el primero de la historia y definió, contra el hereje Arrio, la consubstancialidad del Verbo, largamente defendida por Atanasio, diácono de Alejandría.
Además se sancionó los privilegios de las tres sedes patriarcales de Roma, Alejandría y Antioquía, y extendió a toda la Iglesia la costumbre romana concertando la fecha de la celebración de Pascua.
Elena había contraído matrimonio con un tribuno militar, Constancio Cloro, que hizo una brillante carrera, y por esto, terminó repudiándola, ya que ella era de modesta condición. Constancio entonces decide casarse con una mujer de origen imperial..
Su hijo Constantino sucedió a su padre como jefe de los ejércitos de Gran Bretaña y fue proclamado emperador. La leyenda cuenta que estando en guerra contra Majencio, se le apareció una cruz en el cielo con la siguiente inscripción: "Con esta señal vencerás". En sueños se le apareció Jesús, ordenándole que sus combatientes enarbolaron un estandarte, llamado lábaro, con el monograma de Cristo.
Hizo, además, grabar aquella inscripción y señal en los escudos de sus soldados. Y con todos estos recaudos Constantino logró vencer a su rival.
Su madre, Elena, colmada de favores por su hijo, dedicaba su vida a la Iglesia y los pobres. En el año 328, ella se trasladó a Jerusalén para hacer unas excavaciones en el lugar de la crucifixión, a fin de encontrar la Cruz de Nuestro Señor.
Hizo asimismo construir numerosas basílicas en Roma, Jerusalén y Belén.
Su festividad es el 18 de agosto y es venerada tanto en la Iglesia Católica como en la Iglesia ortodoxa