DÍA INTERNACIONAL DE LA FRATERNIDAD HUMANA: HERMANO SOL, HERMANA LUNA
Comentario del Padre S. Martín FM (Franciscanos de María) sobre la actualidad de la Iglesia durante esta semana.
El jueves 4 de febrero se ha celebrado el primer Día Internacional de la Fraternidad Humana.
Fue una propuesta del Papa y del gran imán de Al Azhar celebrada el 4 de febrero de 2019 en Abu Dab, que la ONU hizo suya en diciembre del año pasado.
El objetivo es concienciar a todos los seres humanos de que somos parte de una gran familia universal y que las diferencias no pueden resolverse con la violencia.
Que el principal líder sunnita, como es el egipcio, haya firmado esa petición es especialmente importante, pues entre los musulmanes hay muchos que llevan su radicalismo religioso al extremo de matar a los que son de otra fe, especialmente a los cristianos, como bien saben en el centro de África o en Irak.
Aunque no parece que al iman de Al Azahar le hagan mucho caso, algo es algo.
Me imagino que el objetivo de una celebración así es el de construir puentes que ayuden al diálogo.
Para ello es necesario fijarse en lo que nos une para tener un punto de partida común. Somos miembros de la misma especia humana y habitamos en el mismo planeta. Lo que ocurre en un rincón del mundo acaba por afectarnos a todos, como ha puesto de manifiesto el virus del Covid. San Juan XXIII utilizó ese mismo principio para lanzar el diálogo ecuménico.
A nadie se le oculta, sin embargo, que con eso no está hecho todo y que, incluso, puede ser perjudicial si la conclusión a la que se llega es que lo que nos separa no tiene importancia.
En el campo ecuménico, por ejemplo, las Iglesias han avanzado mucho en el diálogo, alcanzado objetivos importantes como el acuerdo sobre la justificación firmado con los luteranos, pero se está muy lejos, incluso cada vez más lejos, de llegar a la ansiada unidad pedida por Cristo en su último mensaje antes de salir para el Monte de los Olivos, en la noche del Jueves Santo.
Por eso me parece interesante fijarnos en lo que hizo San Francisco de Asís, que fue un pionero de esa "fraternidad universal".
De él es el Cántico de las Criaturas, en el que va más allá de llamar hermanos a los hombres al decírselo también al sol, a la luna, a la tierra, al viento y al agua. Incluso a la muerte la llama hermana.
Pero la fraternidad universal que cantaba y que vivía San Francisco era una fraternidad basada en la fe en el Dios Creador. El Cántico de las Criaturas no es un himno a esas criaturas, sino al Creador de todas ellas:
"Loado seas, mi Señor"
empieza diciendo cada una de las estrofas, dando gracias a Dios por haber creado a todas esas criaturas, incluido al hombre.
Es una fraternidad basada en el hecho de que hay un Creador. Puedo llamar hermano al otro porque creo en un Dios que nos ha creado a él y a mí. Si el otro no cree en ese Dios y, aun así, quiere llamarme hermano no tengo nada que objetar, pero yo se lo diré porque creo en el Creador y eso no lo ocultaré.
El Papa no lo ha ocultado y en su mensaje del jueves ha hablado de que la fraternidad humana se basa en la fe en la paternidad de Dios.
San Francisco no sólo no ocultó su fe, sino que envió a muchos de sus primeros seguidores a evangelizar en países musulmanes. San Antonio dejó los agustinos y se hizo franciscano porque dos de sus amigos habían muerto mártires en Marruecos enviados allí por el santo de Asís. El propio San Francisco partió para Egipto e intentó evangelizar incluso al sultán. Buscaba su conversión no con la espada de los cruzados, sino con el testimonio y la palabra, pero al fin lo que buscaba era su conversión.
Es un paso importante que todos nos reconozcamos hermanos.
San Francisco lo hizo y no debemos tener ningún problema en hacerlo, al contrario. Eso no implica anular las diferencias ni renunciar a la evangelización. Desde la fe en el Dios Creador debemos proclamar la fraternidad universal. Desde la Fe en el Hijo de Dios hecho hombre debemos acojer su petición para ir por todo el mundo predicando el Evangelio, porque, como Él dijo, el que crea y se bautice se salvará y el que no, será condenado.
Son palabras suyas que muchos hoy querrían suprimir y que habrá que interpretar, pero que no se pueden olvidar.
Fraternidad sí y evangelización también. Como hizo San Francisco.
Sobre el Padre Santiago Martín FM:
Sacerdote y escritor español, nacido en Madrid en 1954. Estudió Biología, Teología Moral y Periodismo y fue consultor del Pontificio Consejo para la Familia.
Es fundador de los Franciscanos de María, una familia espiritual católica integrada por laicos, religiosas y sacerdotes que está presente en 60 países y fue aprobada por la Santa Sede en 2007. El carisma de esta familia religiosa es el agradecimiento.
Además es autor de más de 31 libros publicados en diversas editoriales.
Sobre la imagen:
La foto que ilustra la nota no tiene relación con el texto de este artículo. Todas las semanas en la sección Noticias publicaré una foto diferente de catedrales, iglesias y atrios para poder admirar su belleza
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