CARACTERISTICAS DE LA SERPIENTE DEL EDEN EL DEMONIO
El Padre Lagrange (1855 - 1938), que fue un teólogo francés fundador de la Escuela bíblica y arqueológica francesa de Jerusalén, ha explicado el hecho del pecado original como una historia real, pero ha extraído del mismo cierto simbolismo.
Ha visto a la serpiente, no como un instrumento del diablo, sino su representante.
No es un animal, una criatura diabólica, sino el mismo demonio.
Uno de los nombres que se le ha dado al demonio es el de antigua serpiente, expresión justa, puesto que ha tomado la apariencia de este reptil.
Se muestra mucho más hábil que la mujer, y su superioridad intelectual descubre el espíritu del mal.
La serpiente jamás ha hablado. Por eso si la del Génesis habla, es porque esta serpiente no es un simple animal.
Eva no se extrañó al oírla porque comprendió que no era un animal quien le hablaba.
La serpiente hace vacilar su confianza en Dios; luego le promete la semejanza con Dios al adquirir la ciencia.
La falta de Eva es, en esencia, un pecado de orgullo, no un pecado de la carne como creen algunos.
Por otra parte, nada es más contrario al espíritu del relato del Génesis, ya que Dios ha creado la mujer con vistas al matrimonio.
La teología medieval estableció un admirable paralelo entre el doble aspecto de la mujer, que puede ser Eva tentadora o María redentora del género humano.
En la liturgia se estableció otro paralelo igualmente admirable: así como Cristo es el nuevo Adán, María es la nueva Eva, la que, con su aceptación de la voluntad de Dios, es decir con el Fiat que da como respuesta al Ángel de la Anunciación, se convierte en la madre de la nueva humanidad rescatada, que camina hacia el reino de Dios.