San Antonio de Padua nació en Portugal el año 1195 y murió en el año 1231.
A pesar de haber nacido en Portugal es conocido como Antonio de Padua, ya que en esa ciudad italiana murió y es donde aún son veneradas sus reliquias
Pertenecía a una familia noble de Lisboa que estaba emparentada en forma íntima con el jefe de la primera cruzada Godofredo de Bouillón.
Antonio era canónigo regular de San Agustín. Pero un buen día quiso unirse en el martirio junto a los primeros misioneros, así que decidió embarcarse hacia Marruecos.
Durante este viaje su embarcación fue atacada por una tempestad que lo termina llevando a la costa de Sicilia. Desde allí, en sucesivas etapas, logra llegar al corazón de la Umbría, donde finalmente es admitido en un convento franciscano
Antonio era de modales y espíritu sencillo, algo que injustamente provocaba la hostilidad general. Pero un buen día San Francisco de Asís lo descubre y decide encargarle que vaya a los conventos de la Orden para enseñar teología.
Más tarde este santo recorre Italia y Francia, y gracias al ardor y amor que pone en sus sermones logra convertir a las multitudes. También influían en ellas la enorme cantidad de milagros que realizaba, como por ejemplo curaciones y también resurrecciones de muertos, milagros que obraba a su paso. Del mismo modo la gente lo admiraba por el gran amor que tenía hacia Dios y hacia su prójimo.
El Papa Pío XII decidió elevarlo a la jerarquía de doctor de la Iglesia pues tenía la costumbre de dar sus sermones siempre apoyados con sentencias que sacaba de los Santos Evangelios.
Es patrono de los albañiles, de las mujeres estériles, de los viajeros, de los panaderos y de los papeleros.
Este santo además es invocado para pedir una buena pareja para unirse en matrimonio y para encontrar objetos perdidos
Su festividad es el 13 junio.