Se denomina catecúmeno al oyente que proviene del paganismo, desea conocer a Cristo, aún no ha sido bautizado y está aprendiendo la doctrina de la fe. En l...
NUEVO!
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
DEL CONCILIARISMO AL SÍNODO ALEMÁN
Comentario del Padre S. Martín FM (Franciscanos de María)
sobre la actualidad de la Iglesia durante esta semana.
- PROPUESTA DE SOLUCIÓN PARA EL CONSEJO SINODAL
Pendientes aún de que se celebre en Roma, en unos días, la reunión entre los representantes del Vaticano y los de la Conferencia Episcopal alemana para buscar un acuerdo sobre el Consejo Sinodal, han empezado a surgir propuestas de solución.
Una de ellas procede del cardenal Kasper, que ha sido muy crítico con el Sínodo alemán. Kasper ha propuesto como modelo a seguir el que él implementó en su Diócesis de Rottenburg cuando era obispo de allí, antes de ser llamado a trabajar en el Vaticano por San Juan Pablo II.
Ese método incluía un Consejo Episcopal en el que participaban laicos con derecho a voto y en el que el obispo era uno más entre muchos; sin embargo, se aprobara lo que se aprobara, era el obispo el que debía implementar lo aprobado. No queda claro, sin embargo, si el obispo tenia que llevarlo a la práctica tanto si había estado a favor como en contra de lo aprobado.
Los que defienden el Consejo Sinodal le han reprochado a Kasper que critique su propuesta porque es muy parecida a la que él promovió y defiende. La cuestión, por lo tanto, no está tanto en saber si los laicos tienen derecho a voto, como si el obispo tiene la libertad de no permitir que se aplique lo que se ha aprobado por mayoría en el Consejo.
- LOS DEBATES DESDE EL SIGLO VII ACERCA DE LA AUTORIDAD EN LA IGLESIA
Todo esto nos retrae a un viejo debate, aunque los nombres que se utilicen sean diferentes. Lo que hoy se llama, desde la perspectiva alemana, Sinodalidad -que debería llamarse Sinodalismo- no es otra cosa que el antiguo Conciliarismo del siglo XV. Incluso éste tuvo procedentes más antiguos.
Desde el siglo VII y muy claramente en el siglo XI, con el cardenal Humberto de Silva Cándida, y en el XII con el monje camaldulense Graciano, se planteó la cuestión de si había alguna manera de deponer a un Papa que fuera hereje, lo cual incluía también el fracaso en lograr la unidad de la Iglesia.
En el siglo XIV, Juan de París, Marsilio de Padua y Guillermo de Ockham sostuvieron que el sujeto de autoridad no era el Papa, sino el Papa junto a los obispos, la cabeza junto al resto del cuerpo; la autoridad estaría, por lo tanto, en el Papa con los cardenales o en el Papa con el Concilio. El Papa estaría, de este modo, obligado a llevar a cabo los decretos aprobados por el Concilio o por el conjunto de los cardenales. En medio de este debate se produjo un trágico acontecimiento, el llamado "cisma de Aviñón", que duró cuarenta años y vio la existencia de dos Papas a la vez, con pretensiones de ser cada uno de ellos el legítimo, e incluso de un tercer Papa, elegido para sustituir a los dos anteriores, que no dimitieron.
Se convocó un Concilio en la ciudad de Constanza, que duró del 1414 al 1418, y en el que se aprobó la superioridad del Concilio sobre el Papa, aunque quizá se refería exclusivamente a la cuestión de decidir cuál de los Papas entonces existentes era el legítimo. Constanza fue seguido de otro Concilio, celebrado esta vez en Basilea, que comenzó en 1431 y que decretó, al margen de cualquier circunstancia, la superioridad del Concilio sobre el Papa; el Pontífice reinante, Eugenio IV, no lo aceptó y entonces fue destituido por el Concilio, que eligió, en 1438, como antipapa al duque de Saboya, el cual renunció diez años después. El resultado final fue que se aceptó que el Concilio sólo era válido si era convocado por el Papa y sus documentos son confirmados o aceptados por el Papa.
En el Vaticano II se hizo evidente esta tensión, cuando el Papa Pablo VI hacía saber extra oficialmente a los que estaban dirigiendo el Concilio que si no modificaban ciertas Constituciones él no las iba a ratificar, aunque fueran aprobadas por la mayoría de padres conciliares. Así se lograron acuerdos donde ambas partes cedieron para evitar un enfrentamiento y algunos textos aprobados tenían cierto parecido con las Constituciones de los países, que no son de ninguno para poder ser de todos, pero que a la vez se prestan a interpretaciones opuestas, como se ha demostrado con la discrepancia entre la hermenéutica de la continuidad, preconizada por Ratzinger, y la de la ruptura, impulsada por la llamada "escuela de Bolonia".
La aprobación de un Consejo Sinodal, incluso aceptando la visión suavizada que propone el cardenal Kasper, pondría al Papa, al obispo y al párroco en una tensión permanente, en el caso de que su conciencia no le permitiera aceptar lo que la mayoría había aprobado, pues si se negaba a ello podría quedar desautorizado y, si lo aceptaba, estaría traicionando su conciencia.
Por eso, desde mi punto de vista, sería un error no sólo la tesis alemana, sino incluso la de Kasper. Los Sínodos y los Consejos tienen que seguir siendo eso: consejos. Consejos que deben ser escuchados y tomados muy en cuenta, pero sin que eso vaya unido a la toma de decisiones por votaciones de todos sus miembros.
Dios quiera que en el próximo encuentro entre Roma y los alemanes no se ceda en este importantísimo asunto. Estaríamos retrocediendo, de alguna manera, cinco siglos, con las dramáticas consecuencias que se derivaron entonces del rechazo por el Papa del Conciliarismo, que fue el caldo de cultivo en el que se gestó el cisma de Lutero.
- REFLEXIÓN SOBRE LA SALUD DEL PAPA
Otro tema que me ha preocupado mucho esta semana es el de la salud del Papa. No entiendo y me parece inhumano que a un anciano de 87 años y que lleva semanas con una bronquitis que no le deja hablar, le expongan al frío de la Plaza de San Pedro durante una hora.
La escena del miércoles, sobre todo su imposibilidad de subir al "papamóvil" al acabar la audiencia, resultó terrible y patética. Yo no lo consentiría si fuera mi padre. Las audiencias, mientras dure la bronquitis del Papa, deben celebrarse, si se celebran, en el aula Pablo VI, donde está más resguardado y a la cual puede acceder en silla de ruedas.
Si así le tratan los que dicen que son sus amigos, sólo cabe afirmar lo del viejo refrán: con amigos como estos, quién necesita enemigos.
- Sobre el Padre Santiago Martín FM:
Sacerdote y escritor español, nacido en 1954. Estudió Biología, Teología Moral y Periodismo. Fundador de los Franciscanos de María, una familia espiritual católica aprobada por la Santa Sede en 2007 cuyo carisma es el agradecimiento.
- Sobre la imagen:
La foto que ilustra la nota no tiene relación con el texto. Todas las semanas en la sección Noticias publicaré una foto diferente de catedrales, iglesias y atrios para poder admirar su belleza
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Hoy es :