Cómo deben ser las actividades pastorales de la Iglesia cristiana católica?

Publicado julio 07, 2024 y escrito por Laura

LA MISIÓN DE LOS PASTORES Y SU EJERCICIO

La autoridad es esencial para la vida y sin ella, la sociedad dejaría de existir, pero debe ser ejercida con amor y servicio. No se puede caer en los extremos de no ejercer la autoridad o ejercerla con autoritarismo.

Además, es fundamental evitar enseñar mentiras o hacer pecar. En nuestra vida cotidiana, debemos esforzarnos por no cometer ninguno de estos errores y ejercer nuestra autoridad de manera responsable y en conformidad con la doctrina católica.

• LA TRIPLE MISIÓN DE LOS PASTORES EN LA IGLESIA

Esto se aplica tanto a la vida de las personas, las familias, las empresas, las naciones y la Iglesia. En el ámbito de la Iglesia, la misión de los pastores es triple: santificar, gobernar y enseñar.

La calidad de los pastores se evalúa en función de cómo cumplen estos tres aspectos de su misión. Cuando fallan en la misión de enseñar y enseñan lo contrario de lo que deben, quedan desautorizados para continuar ejerciendo su función.

Lo mismo sucede cuando pervierten la misión de santificar, como ocurre cuando cometen delitos como la pederastia. En estos casos, debem ser rápidamente reducidos al estado laical, y se podría cuestionar por qué no se toman medidas similares cuando enseñan doctrinas contrarias a la doctrina católica, sin importar el rango que ocupen.

Pero, ¿cómo debe ser ejercida la autoridad por parte de los pastores? ¿Como un poder o como un servicio?

Numerosos autores ilustres han abordado este tema y sus enseñanzas, que encontrarás a continuación son la mejor explicación:

• LAS ENSEÑANZAS DE SAN FRANCISCO DE ASÍS SOBRE EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA AUTORIDAD

San Francisco de Asís decía (Avisos Espirituales, 4):

"No he venido a ser servido, sino a servir, dice el Señor. Los que ejercen autoridad sobre otros, gloríense tanto de su prelacía como si les encarga­sen de lavar los pies a los frailes, y cuanto más se turbaren de que se les quite la prelacía que del oficio de lavar los pies, tanto mayores trampas y asechanzas fabrican para peligro de su alma".

O sea, los pastores deben glorificarse en su autoridad tanto como si se les encomendara lavar los pies de los frailes. Cuanto más se preocupen por perder su autoridad que por el oficio de lavar los pies, más podrán en peligro su alma.

Además, afirmaba:

"¡Ay de aquel religioso que, colocado por otros en algún lugar alto, por su voluntad no quiere bajarse! Y bienaventurado aquel siervo que contra su voluntad es puesto en lugar alto y siempre desea estar bajo los pies de los otros".

San Francisco enseñaba que aquellos que tienen poder para mandar y son considerados superiores deben esforzarse por hacerse más pequeños y servir a los demás hermanos. Deben mostrar tanta misericordia hacia sus súbditos como desearían recibir de ellos si fueran súbditos:

"El que tiene poder de mandar y es tenido como mayor procure hacerse menor y siervo de los demás hermanos, y use de tanta misericordia para con cada uno de sus súbditos, cuanta él quisiera usasen los otros con él si fuese súbdito"

(Carta a todos los fieles).

• SAN GREGORIO DE NISA Y SU VISIÓN DEL LIDERAZGO BASADO EN EL SERVICIO A LOS DEMÁS

San Gregorio de Nisa afirmaba que aquellos que están al frente de sus hermanos deben esforzarse más que los demás en trabajar por el bien ajeno.

Deben mostrarse más sumisos que los súbditos y gastar sus vidas en beneficio de los demás, considerando a los hermanos como un tesoro que Dios ha puesto bajo su cuidado. Los superiores deben cuidar de los hermanos como si fueran niños tiernos confiados a educadores por sus propios padres:

"Es conveniente que quienes están al frente de sus hermanos se esfuercen más que los demás en trabajar por el bien ajeno, se muestren más sumisos que los súbditos y, a la manera de un siervo, gasten su vida en bien de los demás, pensando que los hermanos son en realidad como un tesoro que pertenece a Dios y que Dios ha colocado bajo su cuidado. Por ello, los superiores deben cuidar de los hermanos como si se tratara de unos tiernos niños a quienes los propios padres han puesto en manos de unos educadores"

(Libro sobre la conducta cristiana).

• SAN AGUSTÍN Y SU CRÍTICA A LOS MALOS PASTORES QUE DESCUIDAN A LAS OVEJAS

En algunos casos, el servicio específico que debe prestar quien ostenta autoridad puede ser ingrato, ya que implica corrección, advertencia y denuncia de errores y peligros. Por lo tanto, es aconsejable seguir los consejos de los santos en estas situaciones.

San Agustín fue uno de los santos que más se destacó en este campo. En uno de sus sermones sobre los pastores, criticaba a aquellos que se apacentaban a sí mismos en lugar de apacentar a las ovejas. Les reprochaba que se comieran la carne de las ovejas, se vistieran con su lana y mataran a las más gordas, pero no apacentaran a las ovejas.

No fortalecían a las débiles, no curaban a las enfermas, no vendaban a las heridas, no recogían a las descarriadas ni buscaban a las perdidas. Y además maltrataban brutalmente a las fuertes.

Estos malos pastores no solo descuidaban a las ovejas débiles, enfermas, errantes y perdidas, sino que también hacían todo lo posible para acabar con las vigorosas y cebadas.

A pesar de sus acciones, seguían viviendo gracias a la misericordia de Dios. Sin embargo, los malos pastores mataban, no solo con su mal ejemplo, sino también con su vida pecaminosa.

La mayoría de las veces, incluso las ovejas sanas apartan sus ojos de los mandatos de Dios y se fijan en el hombre cuando ven que su pastor vive mal.

San Agustín afirmaba que el mal pastor mataba a la oveja sana.

• EL DAÑO DEL MAL EJEMPLO Y LA COBARDÍA EN EL LIDERAZGO PASTORAL

No solo el mal ejemplo daña a las ovejas, sino que también la cobardía y el silencio cómplice pueden ser aún peores. A veces, los pastores evitan enfrentarse a los poderosos y denunciar sus injusticias y errores para evitar sus iras. Estas iras no solo provienen de los tiranos de antaño, sino que también se manifiestan a través de los medios de comunicación, en forma de insultos y ataques a quienes se atreven a disentir de la moda.

Sin embargo, los pastores, ya sean el Papa, los obispos, los superiores de comunidades religiosas o los padres de familia, deben asumir su responsabilidad y no temer las críticas.

• SAN GREGORIO MAGNO Y SU REGLA PASTORAL: HABLANDO CON DISCRECIÓN Y VALENTÍA

San Gregorio Magno, en su Regla Pastoral, exhortaba a aquellos con responsabilidades pastorales a hablar cuando fuera útil y guardar silencio con discreción.

No deben decir lo que deben callar ni callar lo que deben manifestar. No deben temer perder la estima de sus súbditos y deben cuidar a su rebaño como verdaderos pastores, no como mercedarios que callan y disimulan los defectos.

El Señor reprende a los pastores que son como perros mudos, incapaces de ladrar, y aquellos que no acuden a la brecha ni levantan cerco en torno a la casa de Israel para resistir en la batalla. Acudir a la brecha significa oponerse a los poderosos de este mundo y hablar con entera libertad para defender al rebaño.

• LA IMPORTANCIA DE SER BUENOS PASTORES SEGÚN EL CONCILIO VATICANO II

El Concilio Vaticano II también dedicó enseñanzas a la misión y responsabilidad de los pastores. En el decreto "Christus Dominus", se exhorta a los obispos a ser servidores en medio de los suyos y a ser buenos pastores que conocen a sus ovejas y son conocidos por ellas. Deben mostrar amor y preocupación hacia todos y ejercer su autoridad conferida por Dios.

En cuanto a la enseñanza, los obispos deben anunciar el Evangelio de Cristo, llamar a los hombres a la fe y confirmarlos en ella.

También deben proponer el misterio íntegro de Cristo y mostrar el camino revelado por Dios para alcanzar la eterna bienaventuranza.

• EL PAPEL DE LOS OBISPOS EN LA ENSEÑANZA DEL EVANGELIO SEGÚN EL CATECISMO

El Catecismo de la Iglesia Católica recuerda que los obispos, al ser consagrados, reciben la función de santificar, enseñar y gobernar.

El Espíritu Santo los hace verdaderos maestros de la fe, pontífices y pastores. Lo mismo se aplica al Papa, obispo de Roma, quien tiene la misión de gobernar a toda la Iglesia con plena jurisdicción.

Si el Papa o cualquier obispo enseñara en contra de la doctrina de la Iglesia, quedaría inmediatamente desautorizado en su misión.