INICIO DEL AÑO JUBILAR: CELEBRANDO 2025 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE CRISTO
Comentario del Padre S. Martín FM (Franciscanos de María)
sobre la actualidad de la Iglesia durante esta semana.
Está a punto de inaugurarse el Año Jubilar, con motivo del 2025 aniversario del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Es ya una tradición en la Iglesia que, con motivo de fechas redondas, como los 25, 50, 75 o 100 años, se celebren este tipo de eventos. Aunque yo preferiría que el Año Santo hubiera comenzado el 25 de marzo, en lugar del 25 de diciembre, pues fue ese el día en que Nuestro Señor se hizo hombre en el seno de la siempre virgen María. Ella no empezó a ser madre desde el momento del parto, sino que lo fue desde el momento de la concepción, como el resto de las madres. Haber cambiado la fecha serviría para dejar constancia ante el mundo de algo que avala la ciencia: desde la concepción hay ya un ser humano diferente de sus progenitores, aunque necesite nueve meses de hospedaje en el vientre materno.
- AÑO JUBILAR DEDICADO A LA ESPERANZA
Este Año Jubilar va a estar dedicado a la esperanza por decisión del Papa. Me parece una idea brillante, porque nos va a permitir fijar nuestra atención sobre una virtud siempre necesaria y hoy urgente. En un mundo que está de nuevo al borde de una guerra mundial, pero esta vez con consecuencias devastadoras, es imprescindible recuperar la esperanza. Es necesario dar esperanza a países donde la dictadura muestra su rostro más cruel, como en Nicaragua, en Cuba o en Venezuela. La esperanza no defrauda, decía San Pablo, y tenía razón.
Pero un Año Jubilar dedicado a la esperanza podría convertirse en una oportunidad perdida si se olvida que no es la primera en el orden de las virtudes teologales. Va precedida por la fe, en sus dos dimensiones: la racional y la espiritual. Un católico le dice al Señor: "yo creo"; para añadir: "yo confío", y seguir por "yo espero", a fin de culminar en el "yo amo", que es la virtud que no pasará nunca. Por lo tanto, una esperanza que no va precedida por la fe es una esperanza engañosa.
Sin una fe común no puede haber una esperanza común y, sin ambas, tampoco es posible una caridad común. Por eso es imprescindible poner bien los cimientos de la casa, construirla sobre la roca que es Cristo, para poder decir después: "yo confío, yo espero, yo amo".
- BEATIFICACIÓN DE LAS MÁRTIRES CARMELITAS DE COMPIÈGNE
En ese sentido, me ha parecido providencial que esta misma semana el Papa haya decidido canonizar a las mártires carmelitas de Compiègne, víctimas de una ideología que se denominó Ilustración.
Aquellas mujeres mártires, que murieron llenas de esperanza, creían, confiaban, esperaban y amaban. Para que este Año Jubilar sea, de verdad, una oportunidad para la esperanza, debemos recuperar la fe común.
Feliz y santa Navidad a todos.
- Sobre el Padre Santiago Martín FM:
Sacerdote y escritor español, nacido en 1954. Estudió Biología, Teología Moral y Periodismo. Fundador de los Franciscanos de María, una familia espiritual católica aprobada por la Santa Sede en 2007 cuyo carisma es el agradecimiento.
La foto que ilustra la nota no tiene relación con el texto. Todas las semanas en la sección Noticias publicaré una foto diferente de catedrales, iglesias y atrios para poder admirar su belleza