→ 4º Prueba de que Jesús es Dios ¿Por qué murió Jesús en la Cruz si era Dios? ► Religión Católica Romana

Publicado agosto 04, 2023 y escrito por Laura

4º EVIDENCIA DE QUE JESÚS ES DIOS: LA MUERTE EN LA CRUZ

Continúo en este artículo con la cuarta de las diez razones o pruebas, explicadas de forma fácil de entender y detalladas, sobre por qué los católicos decimos que Jesús es Dios y no un hombre común que fue un visionario, un pacífico o simplemente "un buen hombre".

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Un paso más en esta argumentación, sería la quinta prueba que nos lleva a fijarnos en el punto más crítico para su pretensión de divinidad: el momento en el cual sus apóstoles e incluso las piadosas mujeres que le acompañaban, rechazaron esa pretensión en el momento de la muerte en la cruz.

Si Cristo era Dios, ¿podía morir a manos de sus enemigos? ¿no debería haber intervenido Dios con un milagro para evitar, aunque fuera en el último momento, que padeciera esa muerte tan cruel? ¿y, si eso no ocurría, si le dejaba morir crucificado, no era una señal de que Dios no estaba con él?

Estas preguntas atormentaron el pensamiento de los apóstoles y les llevaron a dudar, e incluso quizá a negar, el apoyo de Dios a Cristo y, como consecuencia, a rechazar su divinidad.

Pero, ¿no podría ser que precisamente esa forma de morir fuera un testimonio más a favor de su divinidad?

Dejando aparte el silencio de Dios que, aparentemente, deja a Cristo a merced de sus enemigos, la forma de morir de Cristo resulta ser la plenitud de su comportamiento ejemplar.

Cuando estás agotado es cuando se demuestra más que en otras ocasiones tu nivel de santidad: Cristo torturado y crucificado no sólo estaba agotado o exhausto, sino que había sido conducido al límite del sufrimiento que es capaz de aguantar un ser humano; por eso, que en esas condiciones extremas fuera capaz de convertirse en el abogado defensor de sus asesinos ("Padre, perdónales que no saben lo que hacen") es, más que cualquier otro comportamiento suyo, la prueba de su coherencia con sus enseñanzas y, por lo tanto, la prueba de que Dios estaba sosteniéndole también en ese momento de supremo abandono.

Dios está con Cristo sosteniéndole en la Cruz, aunque él no vea a Dios y no lo sienta.

Y Dios está con Cristo sin abandonarle, porque Cristo mismo es Dios.

El Padre y el Espíritu sostienen al Hijo sin que se rompa la unidad entre ellos, aunque el Hijo, que es hombre sin dejar de ser Dios, exclame en el culmen de su sensación de abandono: "Dios mío, por qué me has abandonado".

Es en ese momento, más que en cualquier otro de su vida, cuando se convierte en el modelo de comportamiento que le identifica como Dios y que se convierte en un ejemplo para cada uno de nosotros.

Podemos no entender por qué Dios podía morir crucificado, pero sólo Dios podía morir así, amando hasta ese punto a sus enemigos.

Si hubiera sido una persona común y corriente haciéndose el dios, ya en los azotes hubiera desistido de seguir insistiendo con esa idea, y ni loco hubiera aceptado la cruz, hubiera pedido disculpas por su error o lo que sea que se pudiera hacer para evitarla, pero nunca seguir en su postura.

Y si sus dicípulos o seguidores hubieran visto que desistía o que hacia lo imposible para evitar todo lo que vivió, no serían tan tontos ni locos como para después aguantar persecusiones o muerte por un loquito que se hacía pasar por Dios.

El Cristo crucificado que no tiene apariencia de Dios porque casi ha perdido la apariencia humana debido a la tortura, demuestra más que era Dios y de que Dios estaba con Él que cuando se paseaba enseñando por en medio de la multitud.