CUÁLES SON LOS 3 ENEMIGOS DEL ALMA Y COMO VENCERLOS EN LA BATALLA ESPIRITUAL
Los enemigos del alma son tres: el Mundo, el Diablo y la Carne, y estos, lamentablemente, nos llevan a desobedecer a Dios.
Estos enemigos del alma son reales y pueden ser difíciles de enfrentar, sin embargo, como católicos e hijos de Dios tenemos los recursos necesarios para resistirlos y mantenernos firmes en nuestra fe.
Es importante recordar que Dios está de nuestro lado, dispuesto a ayudarnos en esta batalla espiritual, por eso no debemos caer en la desesperación, ya que tenemos el poder de resistir y vencer estas influencias gracias a la ayuda y la gracia de Dios.
- ¿QUÉ ES EL MUNDO Y CÓMO SE LO VENCE?
El Mundo nos tienta con su materialismo y superficialidad, tratando de alejarnos de nuestro propósito espiritual. Pero debemos recordar que somos ciudadanos del Reino de Dios y no debemos conformarnos con las normas mundanas.
Se lo vence aprendiendo a valorar las cosas como las valoran Dios y los santos, no como lo hace la gente sin fe que tiene un modo de pensar completamente materializado, restándole importancia a Dios y a sus mandamientos.
Esto es a lo que llamamos secularismo, es decir, obrar de acuerdo a las costumbres, modas o ideas de la gente sin fe, sin moral y sin Dios, organizando la vida como si Él no existiera dándole importancia solamente a lo que le guste a nuestro cuerpo, al orgullo, o a la avaricia.
La escala de valores para Dios es la siguiente:
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amar a Dios y cumplir sus mandamientos
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amar al prójimo y tratarlo como deseamos que nos traten a nosotros
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perfeccionarse a si mismo lo más posible
En contraposición a esta pirámide, la escala de valores del mundo es
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tener mucho dinero
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darle al cuerpo todos los gustos que quiera
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obtener muchos honores, mucha fama y muy altos puestos
Obviamente seguir la escala de valores de Dios nos dan paz en esta vida y premio eterno en el cielo, mientras que la del mundo sólo trae angustias, miedos, preocupaciones y el peligro de condenarse eternamente.
- ¿QUÉ ES EL DIABLO Y CÓMO SE LO VENCE?
El Diablo está constantemente buscando formas de engañarnos y hacernos tropezar en nuestra fe, aprovechando nuestras debilidades y miedos para infiltrarse en nuestras vidas, y así nos susurra pensamientos negativos y nos tienta con placeres temporales que nos desvían del camino de la virtud.
Es importante recordar que el Diablo no tiene poder sobre nosotros si confiamos plenamente en Dios, y para protegernos del mal, debemos ser conscientes de las trampas sutiles que el Diablo nos tiende.
Debemos estar alerta y fortalecernos a través de una vida centrada en Cristo, la oración y la lectura de la Palabra de Dios que nos ayudarán a discernir su presencia y resistir sus engaños, pues la única forma de vencerlo es la fe, los sacrificios, la oración y el rechazo de todo lo malo, además la Iglesia nos proporciona los sacramentos como herramientas para enfrentar al Diablo.
Y también debemos mantenernos rodeados de personas piadosas que comparten nuestra fe, ya que la comunión con otros creyentes fortalece nuestro espíritu y nos ayuda a mantenernos firmes frente a las artimañas del Diablo.
Cuando luchamos contra sus tentaciones estamos demostrando nuestro amor por Dios y nuestra fidelidad a su enseñanza, por eso no debemos temer al enemigo, sino confiar en el poder divino que nos protege, pues solo con la gracia de Dios podremos superar cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino hacia la salvación eterna.
- ¿QUÉ ES LA CARNE Y CÓMO SE LA VENCE?
La Carne nos impulsa a seguir nuestros deseos egoístas y pecaminosos.
Es un constante conflicto interno entre lo que sabemos que es correcto y lo que nuestra naturaleza pecaminosa anhela, pero debemos recordar que somos llamados a vivir una vida conforme al Espíritu y no según nuestra carne.
La forma de vencerla es no dando consentimiento a las tentaciones impuras que produce nuestro cuerpo.
Es importante saber que no es pecado tener tentaciones, el pecado radica en consentirlas. Dios las permite para darnos ocasión de aumentar nuestros méritos y premio en el cielo al luchar contra ellas para demostrarle a Dios que lo amamos a Él antes que nada.
Para no caer en la tentación la Iglesia nos recomienda confesarse, comulgar, asistir a la Santa Misa, evitar las ocasiones de pecar, evitar las amistades peligrosas, pensar en el Juicio y la Eternidad que nos esperan, y hacer sacrificios.
Artículo actualizado Agosto 2023