FANATISMO RELIGIOSO VERSUS FE CATÓLICA
El fanatismo es la pasión puesta al servicio de una idea, de una causa o de un partido, sin tener en cuenta los derechos o las razones de los demás.
Pero hay que saber que no existe relación alguna entre la verdadera fe católica y el fanatismo religioso, y menos con el fanatismo religioso católico.
La fe es consciente, clara y se apoya en la razón.
En cambio, el fanatismo es ciego, no se apoya en la razón, y es intolerante.
El fanatismo se basa en la obstinación sobre una determinación adoptada.
Los fanáticos son intolerantes, no admiten discusión ni contradicción.
Si encuentran un obstáculo, los fanáticos siempre procuran allanarlo a toda costa, y no hay exceso que les detenga en su camino.
El fanatismo religioso, por lo tanto, es una actitud completamente incompatible con la religión católica.
Alguien, por más que sea católico, si tiene una actitud fanática, no está ni pensando ni obrando bien.
El fanatismo muchas veces aparece en personas que han abandonado la fe católica, o en aquellas que la combaten, teniendo por lo tanto, un espíritu de secta.
El sectario, libre de toda sujeción, cree que sus ideas personales son revelaciones.
Y las sectas, además, siempre se han distinguido por la negación de la autoridad.
En la antigüedad, los fanáticos eran una especie de adivinos que tenían sus consultas en los templos. En latín su nombre era fana.
Voltaire decía que los fanáticos eran individuos que estaban persuadidos de que el Espíritu Santo había penetrado en ellos.
Por lo tanto, el fanatismo, al no tener base alguna en que apoyar su autoridad, se ve obligada para defenderse o implantarse, a recurrir a la violencia que le condena.